¿Qué es la leptospirosis?

Leptospirosis

La leptospirosis es una enfermedad infecciosa de amplia distribución mundial, provocada por bacterias patógenas del género Leptospira,  y es una zoonosis, lo que significa que se contagia de animales a seres humanos. Todos los mamíferos pueden infectarse, incluidos los animales domésticos (como perros y gatos), ganado (vacas y cerdos), y la fauna silvestre (roedores, mamíferos acuáticos).

¿Cómo se transmite?

Esto puede ocurrir de dos formas:

Vía directa: mediante heridas en la piel o a través de membranas mucosas que tengan contacto con la orina de animales infectados, o bien, al cazar animales portadores.

Vía indirecta: a través del contacto con suelo o aguas contaminadas. El agua de mayor riesgo son las “estancadas” en donde la bacteria puede permanecer durante muchos meses.

Cuadro clínico de la leptospirosis

Es importante mencionar que no todos los animales al infectarse enfermarán, algunos actuarán como huéspedes reservorio, los cuales no presentan signos clínicos, pero si diseminan la bacteria en el medio ambiente, como es el caso de los roedores. Por otro lado tenemos a los huéspedes incidentales, los que al infectarse si presentan síntomas, pudiendo desarrollar una enfermedad aguda, severa y potencialmente letal.

En cuanto al cuadro clínico, la leptospirosis es una enfermedad multisistémica, afectando particularmente al hígado y los riñones, pero también a muchos otros órganos como los pulmones, el bazo, ojos, vasos sanguíneos, esqueleto, corazón, páncreas, meninges y tracto genital.

Estos son algunos de los síntomas comunes de la enfermedad en perros:

– Fiebre

– Pérdida del apetito (anorexia)

– Vómito

– Diarrea

– Marcha rígida, dolor muscular

– Debilidad y decaimiento

– Disminución en la producción de orina, y en algunos casos (raros) aumento

– Orina descolorida

– Coloración amarilla de piel y mucosas (ictericia)

– Mal aliento

– Dificultad para respirar

– Tendencia a sangrar

– Conjuntivitis

En el caso de los gatos domésticos, los síntomas clínicos suelen ser leves, o ausentes, pudiendo actuar como portadores asintomáticos, diseminando la bacteria en el medio ambiente. Algunos de los síntomas reportados en ellos son:

– Orinar en exceso (poliuria)

– Aumento del consumo de agua (polidipsia)

– Orina con sangre (hematuria)

– Uveítis (inflamación de estructuras internas de los ojos)

– Cojera

– Decaimiento

– Pérdida del apetito (anorexia)

– Disminución de peso

– Acumulo de líquido en el abdomen (ascitis)

– Vómito

– Diarrea

– Dolor a la manipulación

– Lesiones inflamatorias en la piel y dedos

Como notarás, los síntomas que se puede presentar no son exclusivos de esta enfermedad, y será trabajo del médico veterinario de tu mascota el considerarla dentro de los posibles diagnósticos, para luego indicarte una serie de exámenes de evaluación general, además de los específicos necesarios para confirmar la patología.

Tratamiento de la leptospirosis

Si se sospecha de una leptospirosis en curso, es muy importante comenzar con la terapia antibiótica específica lo antes posible, de modo de eliminar por completo la bacteria del cuerpo del paciente, y limitar la severidad de los daños a hígado y riñones. En muchos casos se requerirá hospitalización y terapia de soporte intensiva, para restaurar los balances de fluidos internos, y restablecer la función de los órganos. Para los pacientes con daño renal severo, puede ser necesario el uso de hemodiálisis. Los gatos que convivan con perros diagnosticados positivos, deberán recibir terapia antibiótica.

Pronóstico

El pronóstico depende de la severidad de los daños a los distintos órganos, del desarrollo de complicaciones, y el nivel de cuidado médico que pueda recibir el paciente.

Para los perros se describe que la mortalidad es de alrededor de un 20%, pudiendo llegar a ser tan alta como de un 70% en los casos en que se presenten complicaciones severas, tales como sangrado pulmonar. Muchos pacientes caninos serán dados de alta del hospital con daño en su función renal, la cual podría ir mejorando con el pasar de las semanas/meses en algunos pacientes. 

Respecto a los gatos, en ellos no se ha descrito la hemorragia pulmonar por leptospirosis, la cual es una de las mayores causas de mortalidad en perros con esta patología. En los felinos con síntomas leves y sin daño severo a órganos, la respuesta al tratamiento con antibióticos suele ser buena. Los gatitos sobrevivientes pueden desarrollar daño renal permanente.

Prevención de la leptospirosis

La vacunación anual de perros contra leptospira es una medida de prevención importante, aunque no ofrecen una protección completa. En Chile, tanto la vacuna óctuple como séxtuple canina, protegen contra la leptospirosis.

Es recomendable tomar medidas para prevenir la exposición al patógeno, las cuales son aún más importantes para los felinos, ya que actualmente no se dispone de vacunas contra esta enfermedad en gatos. Dentro de dichas medidas podemos nombrar las siguientes:

– Mantener a la mascota dentro de casa (estilo de vida indoor)

– Eliminar la posibilidad de que cace animales

– Evitar el contacto y consumo de aguas estancadas y no potables

– Evitar el contacto con la orina de animales infectados, y de perros con sospecha de la enfermedad

En caso de manejar a un paciente positivo en casa, se deben tomar medidas de máxima precaución para evitar el contagio de otros animales, de los tutores, y evitar la contaminación ambiental, como por ejemplo:

– Aislar al animal positivo,

– Utilizar guantes para su manipulación y para la limpieza de heces y orina.

– Desinfectar las superficies (incluida la caja de arena vacía) con hipoclorito de sodio (cloro/lejía).

– Lavarse muy bien las manos.

Debes tener presente los signos de leptospirosis en seres humanos, los cuales van desde síntomas similares a la gripe con fiebre, a síntomas de daño severo de órganos (hígado, cerebro, riñones, pulmones). Como los tutores de animales positivos están en mayor riesgo de contagio, es recomendable que consulten con su médico humano respecto a la necesidad de tomar precauciones especiales.

Recuerda que una buena higiene al manipular animales infectados y suelos/aguas potencialmente contaminados, puede disminuir el riesgo de transmisión.

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