Los cinco dominios del bienestar animal, que como tutor debes conocer

Durante las últimas décadas ha sido creciente el interés de la población humana respecto a los temas relacionados con el bienestar animal, y es nuestro deber ético, como tutores responsables de mascotas, mantenernos bien informados, es por esto que hoy queremos hablarte de “Los cinco dominios del bienestar animal”

¿Qué son los cinco dominios del bienestar animal?

Es un modelo ampliamente utilizado para evaluar la calidad de vida de animales en distintos escenarios, teniendo siempre presente que actualmente el bienestar animal es entendido como un estado dentro del mismo individuo, de cómo éste se percibe a sí mismo, al mundo, y a su propia vida, todo lo cual se encuentra estrechamente relacionado con las diferentes experiencias mentales o emociones que cada animal es capaz de sentir. Este sistema, considera que para que un ser vivo tenga una buena calidad de vida, no es suficiente con disminuir (en duración e intensidad) las experiencias negativas, sino que además es necesario proveerlo de experiencias positivas.

Esta herramienta de análisis organiza los distintos aspectos de la vida de los animales en cinco grupos o “dominios”, dentro de los cuales los primeros cuatro corresponden a los “dominios físicos o funcionales” desde donde se obtiene información medible u observable, digamos que corresponde a la “evidencia” de cada caso evaluado, mientras que el quinto dominio tiene que ver con todo lo subjetivo, con el significado (ya sea positivo o negativo) que el animal le da a sus vivencias, y por lo tanto no es directamente medible, pero, es a través de la información que obtenemos de los dominios físicos que podemos llegara inferir con suficiente certeza el cómo se podría estar sintiendo el sujeto, por ejemplo, si un perro no tiene acceso a agua, y además está en un ambiente caluroso y lo vemos jadeando, sería factible deducir que “siente sed”, ahora, si a este mismo perrito le entregamos un plato con agua fría y la bebe, podemos inferir que “sintió placer al poder refrescarse y saciar su sed”. Si bien la estructura del modelo hace esta división en cinco grupos, es importante saber que se encuentran íntimamente relacionados entre sí, y que todos los dominios físicos repercuten en el quinto dominio (de experiencias mentales), siendo este último el que tiene un mayor impacto en lo que se entiende como bienestar animal.

A continuación te indico lo que debes tener presente respecto a cada uno de los cinco dominios:

Dominio 1 nutrición e hidratación

Todo animal debe consumir agua y alimentos de calidad en cantidades adecuadas para cubrir sus necesidades, también es importante que su dieta sea balanceada y variada (dentro de lo que sea apropiado para su especie).

Dominio 2 condiciones físicas ambientales

Aquí se considera todo lo que el animal puede percibir de su entorno haciendo uso de sus sentidos, por ejemplo, la temperatura ambiental, los sonidos, los aromas, la iluminación, el espacio en el cual se desenvuelve, si existe o no hacinamiento con otros animales, si se encuentra enjaulado, el tipo de sustrato sobre el cual se encuentra (“tipo de suelo”), el nivel de contaminación del aire que respira, la higiene de su entorno, si los sucesos que ocurren en dicho ambiente son rutinarios o más bien inesperados, si en las condiciones en las que se encuentra es factible que duerma y descanse adecuadamente, entre otras. Debemos investigar respecto a cuál sería un entorno adecuado para nuestra mascota.

Dominio 3 salud y estado funcional

Se espera que los animales no presenten heridas, enfermedades, ni daño funcional (debido a la amputación de un miembro por ejemplo), que tengan un buen estado físico (buena condición muscular), y una condición corporal ideal, es decir evitando el sobrepeso/obesidad o el bajo peso. Muchas veces no nos será posible evitar estas condiciones del todo, lo importante es la prevención, y buscar asesoría médica cuando sea pertinente.

Dominio 4 interacciones conductuales

Los animales pueden interactuar con su entorno, con otros animales y con los seres humanos. En cuanto a la interacción con el entorno, lo deseable es que los animales tengan la posibilidad de hacer lo que realmente quieran hacer (que tomen sus propias decisiones), que se mantengan ocupados (“entretenidos”), que su ambiente sea variado, novedoso, y que tengan la posibilidad de expresar conductas propias de su especie como por ejemplo en el caso de los gatos es importante que tengan rascadores y que puedan “jugar a cazar”. Respecto a las conductas sociales con otros animales, éstas tendrán efectos positivos en el bienestar cuando sean interacciones “afectuosas”, conductas de juego, y que no sean percibidas como agresión/amenaza, ni que impidan que realice sus actividades diarias (dormir y descansar adecuadamente, por ejemplo). El efecto que pueden tener las interacciones con seres humanos será positivo o negativo, dependiendo de los atributos y conducta de las personas implicadas, lo ideal es que las personas que tengan mascotas o aquellas que trabajen con animales posean una actitud confiada, atenta, sensible, paciente, amable y empática, utilicen una voz confiada, calmada, clara, alentadora, agradablemente rítmica, y que en cuanto a su aptitud sean experimentados, hábiles, hayan sido entrenados y estén calificados, y ya refiriéndonos específicamente a la forma de manipular/controlar a los animales, deberán ser hábiles, suaves (al acariciar, tocar, empujar, guiar), decididos, apacibles y autocontrolados, hacer uso de refuerzos positivos, realizar conductas que imiten el acicalado social propio de la especie animal, entre otras.

Dominio 5 experiencias mentales

Actualmente sabemos que los animales poseen conciencia de sí mismos, son seres sintientes capaces de experimentar una amplia gama de emociones (“positivas” y “negativas”). Este dominio es consecuencia de la interpretación que hace el sistema nervioso central de todo lo que ocurre en los cuatro dominios anteriores, y es dicha interpretación la que finalmente determinará el nivel de bienestar del animal evaluado.

Cuando tomas la decisión consciente de adoptar una mascota, te comprometes a satisfacer sus necesidades básicas, pero lo cierto es que puedes hacer mucho más, aspira a entregarle una buena calidad de vida, para que tenga “una vida que valga la pena ser vivida”, una con significado.

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