El adoptar a un perrito suele ser un momento de gran alegría y emoción, pero primero deberíamos preguntarnos, ¿estamos listos para asumir el gran compromiso que esto implica? Hay cosas muy importantes a considerar, por ejemplo la esperanza de vida de un perro, la cual oscila entre los 6 y los 20 años (dependiendo del tamaño adulto), en consecuencia, al incorporar a este nuevo miembro a la familia debes ser capaz de responsabilizarte por el durante varios años, lo cual nos lleva a la siguiente pregunta ¿es mi estilo de vida actual compatible con hacerme cargo de un cachorro? ¿Y lo será también el estilo de vida que espero tener a futuro?
Los perros, en condiciones ideales, no deben ser separados de su madre y hermanos hasta mínimo las 9 semanas de vida, cuando ya están destetados, comiendo alimentos sólidos y comenzando a lamer (en vez de succionar), con esta edad cumplida ya pueden ser dados en adopción, pero siguen siendo “bebés” y como tales requieren de mucho tiempo, paciencia, y “educación” (entrenamiento y estímulos positivos), y no deben quedarse solos en casa. Una buena recomendación es que en caso de adoptar a un perrito así de joven, lo hagas durante tus vacaciones laborales, de un par de semanas al menos, para dedicarlas al proceso de adaptación de tu mascota a su nueva vida. Un dato a considerar es que un perro adulto no debería pasar más de 6-8 horas al día solo.
Algo importantísimo a tener en cuenta al momento de considerar adquirir un animal de compañía son los costos asociados, a corto y largo plazo. Si decides comprarlo el costo de compra será tu inversión inicial, pero en cualquier caso debes contemplar gastos en alimentación (que a mayor tamaño de perro, mayor será su consumo de alimento), juguetes, cuidados veterinarios (tanto los esperables como los inesperados), peluquería canina (dependiendo de la raza y tipo de pelaje), accesorios como cama, arnés, correa, collar, bozal, placa de identificación, ropa, pocillos para su alimentación, bolsas para heces, sabanillas de entrenamiento para cachorros (en caso de que decidas usarlas), caja de transporte, etcétera. Si decides ausentarte por vacaciones deberás conseguir a alguien que lo cuide (si no lo llevas contigo) o bien, pagar servicios de niñera a domicilio o un hotel canino, y de forma similar, si vives solo y trabajas tiempo completo, tendrías que considerar un servicio de guardería para mascotas o bien, cuidados domiciliarios.
Si vives con otras personas es necesario que todas estén de acuerdo con adquirir a la nueva mascota, y a la vez decidan previamente cuáles serán sus roles respecto a satisfacer las necesidades del cachorro, quién se hará cargo de qué cosas, cómo será entrenado el cachorro y cuáles serán las reglas que deben seguir respecto al él, ya que debe haber consistencia en su crianza. Si en el hogar ya existen otras mascotas, de cualquier tipo, será necesario realizar una introducción gradual entre ellos, para lo cual sería muy valioso que te hagas asesorar de un médico veterinario especialista en conducta animal (etólogo) de forma previa a la adopción.
Respecto al tipo o raza de perro a adoptar, un punto importante a considerar es el tamaño que alcanzará siendo adulto, para que evalúes si los espacios de tu vivienda son adecuados para determinado tipo de perrito. También hay que pensar en el nivel de actividad de la raza o mezcla en cuestión, ya que si por ejemplo adoptas un perro de alto nivel de energía éste necesitará espacio para correr y jugar, y además, tú debes estar dispuesto a jugar y ejercitarte con él.
Antes de traer al cachorro a casa, debes verificar que tu vivienda sea “a prueba de cachorros”, debes decidir a cuáles lugares tendrá acceso y a cuales no, y en las que no, debes implementar medidas de bloqueo efectivas de modo que no pueda entrar, por ejemplo, colocar rejas para bebés en los ingresos de las áreas sin puertas, o para la subida y bajada de escaleras, sobre todo considerando que al menos durante el periodo de crecimiento de los perros no es bueno para sus articulaciones el subir y bajar escaleras, mucho peor si lo hacen corriendo. Si tienes patio o antejardín, deben estar correctamente cercados para que tu nueva mascota no pueda escapar, aún si lo intenta escarbando. Instala malla de seguridad en las ventanas peligrosas, esto es absolutamente necesario en los departamentos.
Es bien sabido que los cachorros tienen la tendencia de lamer y morder todo, por lo tanto debes asegurarte que no haya nada peligroso en este sentido a su alcance como cables, productos de aseo y químicos en general (anticongelante), medicamentos, plantas tóxicas, alimentos humanos, su propio saco de comida (podría romperlo y consumir una cantidad excesiva de alimento), implementos para costura y tejido, materiales de artesanía, zapatos, basura, agua no potable, etcétera. Recuerda que al ser cachorro, quizás no alcance las superficies de determinados muebles, pero cuando crezca, si podría hacerlo.
Averigua cuáles son las clínicas veterinarias cercanas a tu casa, qué tipo de atención realizan, sus horarios y precios. Siempre es bueno consultar con un médico veterinario previo a la adopción ya que podría brindarte útiles consejos y resolver tus dudas.
Si el perrito que adoptarás tiene mamá y hermanos, es recomendable que visites el lugar en donde están, para que observes las condiciones en las que se encuentra la madre y la camada en cuanto a higiene y nivel de bienestar animal, si te niegan el poder verificar estas cosas debes sospechar que algo no anda bien. Tanto la madre como los cachorros deben “verse saludables y felices”. Averigua qué alimento comen, si se les realiza algún tipo de manejo o controles veterinarios, si poseen carnet sanitario (vacunas, desparasitaciones internas y externas), toda esta información será útil para cuando adoptes al cachorro y deba comenzar con sus cuidados médicos ya estando en tu poder. Por otro lado, todos estos datos te dan indicios de qué tan responsable y preocupado por su salud es la persona que lo está criando.
Siempre existe la opción de adoptar perros de distintas edades a través de fundaciones de rescate animal. Adquirir un perro adulto puede tener ciertas ventajas, como el hecho de que sus hábitos y temperamento son más estables, y según sea el caso en particular, podría ser menos energético que un cachorrito, o demandar menos tiempo en comparación a un perro en pleno desarrollo. En estos casos será vital que converses bien con las personas que están a su cargo, para evaluar si es la mascota adecuada para ti, recuerda que algunos de estos perritos han sido rescatados de situaciones muy malas, las cuales pueden haber dejado secuelas tanto físicas como emocionales.
Cuando recibas al cachorro, éste deberá continuar comiendo el mismo alimento que estaba consumiendo, independientemente de si se lo cambiarás por otro posteriormente, y si decides hacerlo, este cambio debe ser gradual, demorando varios días. Es recomendable que si el ambiente en el que se encontraba la camada era adecuado, puedas llevarte a casa alguna mantita o toalla que esté impregnada con el aroma de su familia canina, la cual podrás colocar en el lugar en dónde comenzará a dormir desde ahora. Llegando al hogar, es probable que el perrito este nervioso y asustado, podría incluso esconderse, es por esto que inicialmente es buena idea que tenga acceso a una o dos habitaciones solamente, así, a medida que vaya tomando confianza y se relaje, podrá ir explorando de forma natural, pero de todas formas las áreas destinadas a que duerma, vaya al baño, y se alimente, deben estar separadas entre sí. Durante este periodo podría ser de utilidad usar difusores (o un collar) de feromonas calmantes para perros. No debe tener contacto con tus otras mascotas por el momento. Trata de que no pase por situaciones estresantes adicionales, el objetivo es que se vaya acostumbrando a todo lo nuevo pero de forma positiva, esto incluye aromas, sonidos, experiencias, manejos médicos, otros animales (cuando esté autorizado por su doctor), y distintas personas.
Llévalo a su primer control médico veterinario a penas puedas, para que así te den todas las indicaciones pertinentes, evalúen su estado de salud actual, y conversen respecto a su alimentación, cuidados en general, calendario de vacunación, desparasitaciones, e implantación de microchip (o como segunda opción, la colocación de un dispositivo de identificación externo) para que puedas registrarlo a tu nombre. Es probable que el médico te diga que no puedes juntarlo con tus otras mascotas por unos días, así como también que evites sacarlo a pasear y que se junte con animales no vacunados hasta que el mismo termine su calendario de vacunas.
Si el cachorro va a convivir con niños pequeños (menores de 8 años), ellos deben tener claro qué cosas están permitidas que hagan con el perrito y cuáles no, por regla general, no deberían alimentarlo, y tampoco deberían interactuar con el si no están siendo supervisados por un adulto. El si la nueva mascota podrá o no dormir en la cama de alguno de los dueños de más edad, es una decisión personal, pero lo que decidan hacer, debe realizarse desde el primer día y mantenerse durante toda la vida del perrito.
En cuanto a los juguetes, estos deben ser resistentes pero apropiados para los dientes de leche, y a la vez, sin partes pequeñas que pudiera tragar accidentalmente. No le regales para que juegue algo que se parezca a objetos que no desees que muerda, por ejemplo, no le pases una pantufla vieja. No juegues a que te muerda las manos, puede ser lindo cuando son cachorros, pero no lo será cuando sea adulto, enséñale a usar sus propios juguetes para morder y cuando lo haga prémialo (ya sea con algo comestible delicioso aprobado por su médico veterinario, o con caricias que le gusten y felicitándolo). Como entrenamiento básico es muy útil que le enseñes a que te mire cuando lo llamas por su nombre, a calmarse, a sentarse, a volver hacia ti y a esperar. El entrenamiento debe ser divertido tanto para ti como para tu perrito, y siempre debes usar refuerzos positivos durante estas sesiones, es decir usar “premios” (algo sabroso, un juguete que le guste mucho, caricias, entre otros), elige un lugar sin distracciones para que el cachorro tenga más probabilidades de poder enfocarse en lo que hacen. Es beneficioso que todas las personas de la casa se turnen para realizar estas rutinas. También deben acostumbrarlo a que pase tiempo en solitario, ya que probablemente no siempre podrá haber alguien acompañándolo, y cuando esto suceda, si no está habituado, podría generarle estrés, ansiedad y provocar que tenga conductas inapropiadas cada vez que se quede solo.
Ejercitar a tu perrito es importante (caminatas cortas en un principio), pero con los cachorritos debes ir con calma, para que tengas una idea, se dice que un tiempo adecuado y en general tolerable es la edad en meses de tu cachorro multiplicado por 5, resultando un tiempo en minutos, por ejemplo, si tu perrito tiene 2 meses de edad, lo multiplicas por 5, y obtienes 10 minutos por sesión, y podrían realizarse 2 sesiones al día, en las cuales te recomiendo que aproveches para enseñarle a caminar usando arnés y correa. Este nivel de ejercicio suave puede disminuir en duración si tu perrito no lo tolera o no le es agradable.
Un gran tema es el enseñarle a ir al baño, para lo cual debes tener sobre todo paciencia, piensa que es un “bebé” y que su vejiga aún no tiene la capacidad de retener orina del mismo modo en que lo hace un perro adulto, de hecho, esta capacidad en cachorros es más menos la edad del perrito en meses pero transformado a horas, es decir, si el cachorro tiene 2 meses, podría retener orina alrededor de 2 horas. Independientemente de esto, ellos suelen orinar al despertar, después de comer, y durante las sesiones de juego y entrenamiento. Debes elegir en dónde tiene (y tendrá) permitido hacer sus necesidades, si es dentro de la casa podrías colocar diarios o sabanillas de entrenamiento, pero lo más importante es poder supervisarlo continuamente, de forma que cada vez que haga en el lugar correcto, lo premien, y que cuando esté a punto o haya comenzado a defecar u orinar en un lugar inadecuado, no lo reten ni lo castiguen, pero si deben tomarlo rápidamente y llevarlo a donde si quieren que vaya al baño, y cuando termine en esta ubicación, lo premien. Si encuentras heces u orina en un lugar inadecuado, no tiene sentido que lleves al cachorro a ver lo que hizo, pero si debes limpiar muy bien con un removedor de olores y manchas de tipo enzimático para uso veterinario, con la finalidad de eliminar por completo el aroma (para el olfato del perro), no es recomendable usar desinfectantes o limpiadores de uso común, ya que no serán capaz de quitar totalmente el olor y además podrían estimular a que el cachorrito utilice nuevamente ese mismo lugar.
Entonces, como puedes ver, el adoptar a un cachorro conlleva una gran responsabilidad, implica gastos (algunos imprevistos), tiempo, trabajo, y paciencia, ¿estás preparado?