Los gatos, si bien conviven con nosotros a modo de animal de compañía, no se los considera como una especie completamente domesticada, esto debido a que mantienen muchos de los instintos, necesidades y comportamientos propios de su ancestro salvaje, el gato
salvaje africano (Felis lybica). Son cazadores solitarios y en la naturaleza invertirían alrededor de seis horas al día para lograr capturar las 10 a 20 presas que requieren para satisfacer sus necesidades nutricionales diarias, y si bien, son cazadores muy eficientes, es debido a su reducido tamaño que también corren el riesgo de ser cazados por depredadores de mayor tamaño. Todo esto explica algunas características importantes de nuestros amigos felinos, como por ejemplo, que están naturalmente diseñados para esconder o disimular sus malestares, ya sean físicos, emocionales o psicológicos, es decir, no son buenos demostrando dolor ni tampoco estrés.
En términos generales, al estrés lo podemos dividir en dos tipos, el estrés agudo, y el estrés
crónico.
Estrés agudo
Puede generarse debido a un incidente o una amenaza, ya que su función es entregar energía al cuerpo para que pueda defenderse (huir o pelear), es de corta duración, no suele ser un riesgo para la salud del animal, y en los gatos podríamos ver los siguientes signos:
– Quedarse inmóvil
– Postura corporal agazapada sobre sus cuatro patas
– Temblores
– Abdomen oculto (protegido)
– Respiración rápida
– Piernas flexionadas
– Cola apegada al cuerpo
– Cabeza más baja que el resto del cuerpo
– Ojos completamente abiertos, con las pupilas dilatadas
– Orejas agachadas y hacia atrás
– Bigotes hacia atrás
– Vocalizaciones (maullido quejumbroso, aullido, gruñido, “escupir”) o silencio absoluto
– Salivar
– Orinarse o defecarse
– Agresión (en caso de acercarnos)
Estrés crónico
El estrés crónico es más difícil de reconocer, ya que puede desarrollarse de modo paulatino durante un periodo prolongado de tiempo, y los signos pueden ser más sutiles. Este tipo de estrés suele implicar un riesgo grave para la salud. Se produce porque los mecanismos de defensa fallan o se mantienen activos durante mucho tiempo. Los signos del estrés crónico es probable que afecten los patrones de conducta y las rutinas de tu mascota, como por ejemplo:
– Disminución o aumento del apetito
– Pérdida o ganancia de peso repentinas
– Acicalamiento excesivo (incluso puede llegar a dejar áreas sin pelaje) o disminuido
– Acicalamiento abrupto e intenso de corta duración
– Descanso excesivo o fingir que duerme
– Esconderse
– Mayor dependencia hacia el tutor o retraimiento social (aislarse)
– Agresión defensiva contra personas o animales
– Estado de vigilancia extrema o estar sobresaltado (saltar ante el menor ruido)
– Falta de interés por jugar
– Cambios en los patrones generales de conducta, como pasar mucho tiempo dentro de casa, independiente de lo agradable del clima en el exterior, o no querer entrar a la casa
– Orinar o defecar en lugares inadecuados
– Diarrea o constipación
– Marcaje urinario dentro de casa
– Pica (comer cosas que no son alimento, por ejemplo comer lana)
– Aumento del marcaje de objetos con las mejillas
– Aumento del marcaje de superficies con las garras
– Conductas de desplazamiento (comportamientos repetitivos fuera de contexto)
– Agresión redirigida (agresión en contra de un humano o un animal que no es la fuente original de la amenaza)
– Aumento de vocalizaciones
– Comportamiento ambivalente (como acercarse y alejarse de algo de forma casi simultánea)
Es importante mencionar que todos estos signos anormales, si bien pueden ser producto del estrés, también pueden ser causados por diversas enfermedades, por lo tanto es fundamental que en caso de que tu gato presente alguno o varios de los ya mencionados, lo lleves a consulta médica, para que así su veterinario de cabecera le realice exámenes de chequeo general para descartar las enfermedades de base que pudieran estarlo aquejando. Debes saber que cualquier enfermedad generará estrés en tu gatito, pero a la vez, el estrés crónico puede afectar la salud de tu mascota al disminuir su inmunidad, al predisponer a distintas enfermedades (enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades del tracto urinario bajo felino, cáncer), al generar recaídas de otras (“resfriado felino”), o al provocar la descompensación de enfermedades crónicas (enfermedad renal crónica).
¿Cuáles son las causas de estrés en los gatos?
1.- Competir por recursos.
Ya sea que esto sea una amenaza percibida o una amenaza
real, es algo que definitivamente estresará a tu gato, el sentir que otro gato
pueda apropiarse de sus cosas (cajas de arena, comida, agua, juguetes, cariño).
2.- Territorio inadecuado.
Esto podría deberse por ejemplo a tener una “sobrepoblación” de gatos en un determinado espacio. También podría ser problemático el tener un solo gato, pero que no cuente con la cantidad suficiente de lugares para hacer scratching (marcaje con las garras) lo cual es una actividad territorial que debe hacer y que lo hace sentir bien, porque de esta manera deja marcas visuales y aromáticas, para que sean percibidas por otros gatos que pudieran venir.
3.- Los cambios.
Cualquier cambio en la rutina o en el territorio de un gato, puede ser una causa de estrés, por ejemplo, que el tutor deje de salir a trabajar y comience a quedarse en casa teletrabajando, es una situación que estresará en algún grado a tu gato, independientemente de que ame tenerte en casa, no importa, de todos modos es un cambio en su rutina, y eso significará un estrés
en todo gato. Otros cambios podrían ser tener visitas, remodelar la casa, la adopción de una nueva mascota, o la pérdida de una mascota.
4.- Sacarlo de su territorio.
Como podría ser para realizar visitas al médico veterinario, ir a la peluquería, quedarse en hoteles para mascotas, llevarlo de paseo, mudanza. Si bien sacar a tu gato de su territorio le genera estrés, existen diversas técnicas de manejo y de adiestramiento que permiten que estas situaciones sean mucho menos estresantes tanto para tu mascota como para ti.
5.- Aburrimiento.
Si bien nos puede parecer que los gatos prefieren dormir todo el día, lo cierto es que tienen mucha energía, esto es debido a que en la naturaleza ellos le dedicarían gran parte de su tiempo a la cacería, y cuando los mantenemos dentro de nuestra casa, obviamente no están realizando esta actividad, y nosotros deberíamos ayudarlos a liberar toda esa energía, especialmente ayudarlos a satisfacer sus instintos predatorios.
¿Cómo puedo desestresar a mi gato?
1.- Recursos múltiples.
Dentro de los recursos tenemos los recursos clave (comida y agua), y los recursos que retienen el aroma de tu gato (camas, árboles para gatos, caja de arena). Tanto el número de recursos, como su ubicación y disposición es importante. Los platos de comida y agua deben estar distanciados entre sí por al menos 50cm, y lo más alejados posible de los areneros. Es necesario que tengas una caja de arena por cada gato, más una extra, es decir si tienes 2 gatos, necesitas 3 cajas de arena, las cuales deben estar en distintas ubicaciones, en lugares tranquilos, de fácil acceso, y debes limpiarlas mínimo una vez por día.
2.- Lugares silenciosos.
Los oídos de los gatos son mucho más sensibles que los nuestros, les molestan los ruidos, por lo tanto debes asegurarte de que tu mascota cuente con un lugar silencioso a donde pueda retirarse y estar solo en caso de que así lo desee.
3.- Juego y ejercicio regular.
Esto ayudará a liberar energía y a evitar que se aburra. Hay que jugar a “cazar” con ellos al menos 2 veces al día, e idealmente completar 15 minutos diarios de juego (estimulación física). También es importante estimularlos mentalmente, y esto lo podemos lograr a través de
rutinas de entrenamiento.
4.- Zona segura.
Para esta finalidad podríamos destinar por ejemplo un árbol para gatos de al menos 180cm de altura, y el objetivo es que cuando tu gato esté sobre dicho árbol, nadie tiene permitido tocarlo, no se le puede hacer cariño y tampoco lo pueden levantar, de modo que pueda alejarse de todo y sepa que es un lugar seguro para estar.
También es importante que tenga escondites donde pueda estar en paz, como una caja de cartón, o una cama tipo cueva. Otra forma de crear una zona segura sería al bloquear la visión entre gatos que se llevan mal, ya sean gatos que convivan en el mismo hogar, o bien, bloquear la visión entre tu gato de interior y los gatos que transitan por el exterior de tu casa, los cuales son percibidos como una amenaza por tu mascota, para lo cual podrías poner films en las ventanas o mantener cerradas las cortinas.
5.- Nutrición.
La dieta es muy importante y juega un rol trascendental en cómo tu gato se siente emocional y físicamente. Asesórate bien respecto a cuál sería la dieta ideal para tu mascota. Existen alimentos especializados para disminuir el estrés, así como también suplementos nutricionales y premios con la misma finalidad.
6.- Complementos (feromonas, música).
Todo esto ayuda, pero hay que llegar a la raíz del problema y solucionarlo. En el mercado existen distintos tipos de feromonas sintéticas, las cuales tienen utilidades diferentes, y podemos encontrarlas en diversos formatos (spray, difusor eléctrico, collares). En cuanto a la
musicoterapia, si bien la música clásica ha demostrado tener una frecuencia calmante para los gatos, existen dispositivos (parlante portátil, collar reproductor musical, descarga de canciones mediante una suscripción mensual) que reproducen música con una frecuencia científicamente modificada con la capacidad de calmar a distintas especies animales, y funcionan de forma especie específica.
Algunos gatos deberán utilizar medicación para tratar sus problemas de estrés, la cual debe ser recetada por su médico veterinario, e idealmente debería requerirse por un periodo limitado de tiempo, en tanto que se busca y se resuelve la causa de su estrés.
Lecturas complementarias:
Las necesidades medioambientales felinas.
Mascotas y fuegos artificiales. Una guía completa.
Los cinco dominios del bienestar animal