Las vacunas son preparados biológicos que contienen microorganismos muertos, vivos atenuados (debilitados o diluidos), o partes de ellos, que son administradas por distintas vías (inyectable, nasal u oral), tanto a personas como animales con la finalidad de prevenir enfermedades, o bien, disminuir su gravedad, y son parte importante del plan de salud de tu perro, es por esto que a continuación hablaremos sobre las recomendaciones existentes respecto a la vacunación de los pacientes caninos.
Los calendarios de vacunación son variables, deben diseñarse para cada paciente en particular, según su edad, estilo de vida, zona geográfica en donde vive, etc. A través de los años las recomendaciones en cuanto a cuándo y cómo realizar este procedimiento médico han ido cambiando y perfeccionándose, la tendencia actual es a vacunar los animales de compañía pero en su justa medida, es decir hacerlo según las necesidades reales de cada mascota.
Teniendo presente que no es posible diseñar un calendario universal de vacunación para todo perro, y que finalmente queda a criterio médico realizar las modificaciones que se estimen necesarias, a continuación te comento las recomendaciones vigentes para la vacunación canina en América Latina, propuestas por el Grupo de Directrices de Vacunación de WSAVA (Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales).
Las vacunas pueden clasificarse en esenciales, no esenciales (opcionales) y no recomendadas.
– Vacunas esenciales: son aquellas que debe recibir todo perro, independiente del lugar en donde viva o de su estilo de vida. Dentro de estas vacunas tenemos a las contra el virus del distemper canino, la hepatitis viral canina y el parvovirus, todos los cuales están incorporados tanto en la vacuna séxtuple como en la óctuple, que son de tipo polivalentes, es decir que protegen contra múltiples enfermedades. En varios países, incluido Chile, la vacuna antirrábica también se considera esencial, y además, es obligatoria por ley.
– Vacunas no esenciales (opcionales): son las que se consideran para los animales cuya ubicación geográfica o estilo de vida los pone en riesgo de infecciones específicas. No son necesarias para todos los pacientes, y no deben utilizarse cuando el riesgo de exposición es mínimo, pero cuando el riesgo es considerable, se recomienda su aplicación. Dentro de estas tenemos a las vacunas que protegen contra los virus y bacterias del complejo respiratorio infeccioso canino, que generalmente contienen Bordetella bronchiseptica, con o sin el virus de la parainfluenza canina. También se considera como opcional la vacunación contra la leptospirosis.
– Vacunas no recomendadas: son aquellas en las que no existe suficiente evidencia científica que justifique su uso. Dentro de estas tenemos a las vacunas contra el coronavirus entérico canino y contra Giradia duodenalis.
¿Cómo y cuándo vacunar?
La vacunación de los cachorros con las vacunas séxtuple u óctuple, debe comenzar entre las 6 a 8 semanas de edad, y luego deben revacunarse cada 2 a 4 semanas, hasta las 16 o más semanas de edad, y administrar una última dosis a los 6 meses. Ahora bien, si el paciente comienza a vacunarse con 20 o más semanas de edad, requerirá de dos dosis para adquirir la protección esperada.
En el caso excepcional de cachorros que hayan sido separados de su madre precozmente, que se muden o viajen, o estén expuestos a ambientes contaminados, se puede utilizar una vacuna especialmente diseñada para cachorros muy pequeños, y que se coloca a partir de las 4 semanas de edad, que protege sólo contra distemper y parvovirus, y se administra una única vez, para luego continuar de la forma habitual, es decir, utilizando vacuna séxtuple u óctuple.
Las revacunaciones a partir de la última dosis de séxtuple u óctuple (6 meses o posterior), podrán ser anuales o cada tres años, dependiendo del riesgo de exposición a determinados agentes infecciosos contenidos en la vacuna.
En cuanto a la vacuna antirrábica, ésta puede ser aplicada a partir de las 12 semanas de edad. En el caso de los perros adultos que nunca han recibido esta vacuna, requieren inicialmente una sola dosis. Las revacunaciones posteriores se hacen anuales o cada tres años, dependiendo de la recomendación del fabricante.
Respecto a las vacunas opcionales, tanto el virus de la parainfluenza canina (tos de las perreras), como la leptospira (bacteria causal de la leptospirosis), están incluidos en las vacunas polivalentes séxtuple y óctuple. Con relación a Bordetella bronchiseptica (tos de las perreras), actualmente en nuestro país hay dos tipos de vacunas que la contienen, una vacuna nasal (la cual también protege contra la parainfluenza canina), y una vacuna oral. La vacuna nasal se aplica a partir de las 3 semanas de edad, reaplicándose anualmente. La vacuna oral se administra desde las 7 semanas de edad, y se recomienda revacunar anualmente.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de la vacunación?
Los efectos secundarios más comunes que podrías notar en tu perrito son decaimiento leve, pérdida de apetito, y fiebre, durante dos a tres días después del procedimiento, pero estos síntomas no corresponden a una reacción adversa, sino que son un indicio de que se está estimulando la inmunidad de tu mascota. Recuerda no automedicar a tu perro, y si estás preocupado comunícate con su médico veterinario para que pueda asesorarte. En la actualidad se acepta que las vacunas que utilizamos son muy seguras, con una muy baja incidencia de efectos secundarios, los beneficios de la protección contra las enfermedades infecciosas graves, son muy superiores a los riesgos de desarrollar una reacción adversa.
Ahora bien, es cierto que existen individuos genéticamente predispuestos a presentar reacciones alérgicas severas (anafilaxia), o enfermedades autoinmunes posterior a la vacunación, por desgracia, no es posible saber de antemano qué individuo está predispuesto. En caso de que tu perro haya presentado una reacción anafiláctica a determinado producto, es muy importante que quede registrado en su ficha clínica, para no volver a administrarlo a futuro, y por otro lado, cada vez que lleves a tu perrito a vacunarse, deberás informarle al médico veterinario que lo atienda lo sucedido anteriormente, siendo probable que deban administrarle algunos medicamentos previos a la vacunación, y posterior a la misma deba quedarse algunas horas en la clínica para observación.