Las vacunas son preparados biológicos que contienen microorganismos muertos, vivos atenuados (debilitados o diluidos), o partes de ellos, que son administradas tanto a personas como animales con la finalidad de prevenir enfermedades, o bien, disminuir su gravedad, y son parte importante del plan de salud de tu gato.
Los calendarios de vacunación son variables, deben diseñarse para cada paciente en particular, según su edad, estilo de vida, zona geográfica en donde vive, etc. A través de los años las recomendaciones en cuanto a cuándo y cómo realizar este procedimiento médico han ido cambiando y perfeccionándose, la tendencia actual es a vacunar los animales de compañía pero en su justa medida, es decir hacerlo según las necesidades reales de cada mascota.
Teniendo presente que no es posible diseñar un calendario universal de vacunación para todo gato, y que finalmente queda a criterio médico realizar las modificaciones que se estimen necesarias, a continuación te comento las recomendaciones vigentes para la vacunación felina en América Latina, propuestas por WSAVA (World Small Animal Veterinary Association), complementadas con las directrices facilitadas por AAHA/AAFP (American Animal Hospital Association/American Association of Feline Practitioners).
Las vacunas pueden clasificarse en esenciales, no esenciales (opcionales) y no recomendadas.
– Vacunas esenciales: son aquellas que debe recibir todo gato, independiente del lugar en donde viva o de su estilo de vida. Dentro de estas vacunas tenemos a las contra el parvovirus felino, el herpesvirus, y el calicivirus, todos los cuales están incorporados tanto en la vacuna triple felina como en la cuádruple felina, que son de tipo polivalentes, es decir que protegen contra múltiples enfermedades. En varios países, incluido Chile, la vacuna antirrábica también se considera esencial, y además, es obligatoria por ley.
– Vacunas no esenciales (opcionales): son las que se consideran para los animales cuya ubicación geográfica o estilo de vida los pone en riesgo de infecciones específicas. No son necesarias para todos los pacientes, y no deben utilizarse cuando el riesgo de exposición es mínimo, pero cuando el riesgo es considerable, se recomienda su aplicación. Dentro de estas tenemos a las vacunas que protegen contra el virus de la leucemia felina, y contra la clamidiosis felina.
– Vacunas no recomendadas: son aquellas en las que no existe suficiente evidencia científica que justifique su uso. Dentro de estas tenemos a las vacunas contra el coronavirus felino y contra Microsporum canis (tiña).
¿Cómo y cuándo vacunar?
La vacunación de los gatitos con las vacunas polivalentes, debe comenzar no antes de las 6 semanas de edad, y siguiendo la recomendación del fabricante, que actualmente es empezar a las 9 o 12 semanas de vida para la vacuna triple felina (varía según el laboratorio), y a partir de las 12 semanas de edad para la cuádruple felina. Luego deberán revacunarse cada 3 a 4 semanas, hasta las 16 o más semanas de edad, y administrar una última dosis a los 6 meses. Ahora bien, si el paciente comienza a vacunarse con 20 o más semanas de edad, requerirá de dos dosis para adquirir la protección esperada.
Las revacunaciones a partir de la última dosis (6 meses o posterior) en el caso de la triple felina, deberán ser cada tres años, o bien, de forma anual en pacientes de alto riesgo de contagio, por ejemplo gatos con acceso al exterior, que convivan con otros gatos, o que visiten hoteles felinos. Mientras que en el caso de la cuádruple felina, la revacunación debe ser anual.
En cuanto a la vacuna antirrábica, ésta puede ser aplicada a partir de las 12 semanas de edad. En el caso de los gatos adultos que nunca han recibido esta vacuna, requieren inicialmente una sola dosis. Las revacunaciones posteriores se hacen anuales o cada tres años, dependiendo de la recomendación del fabricante.
Respecto a la vacuna contra virus de la leucemia felina, en caso de decidir utilizarla, es importante saber que todo gatito de menos de 1 año de edad, requerirá de dos dosis, con un intervalo de 3 a 4 semanas, y la primera dosis deberá administrarse a partir de las 9 semanas de edad. La revacunación se realizará un año después de la segunda dosis. El uso de la vacuna en gatos adultos debe ser determinado por el estilo de vida y el riesgo de exposición, así pues los gatos en riesgo se revacunan cada 2 años, mientras que un gato que vive solo en un departamento y no tiene acceso a la calle, no necesita ser vacunado en su etapa adulta, pero si eventualmente sus condiciones de vida cambian a unas de mayor riesgo, tendrá que comenzar a revacunarse cada 2 años.
La vacuna contra la clamidiosis felina está indicada principalmente para gatos que viven en grupos grandes, como criaderos, refugios y colonias de gatos, donde se sabe que la Chlamydophila felis (bacteria causante de la clamidiosis felina) es un problema. La primera dosis se aplica a partir de las 12 semanas de edad, requiriéndose una segunda dosis 3 a 4 semanas después. La revacunación es anual para gatos con riesgo de exposición constante. Los gatos adultos que no han sido vacunados previamente, necesitarán dos dosis con un intervalo de 3 a 4 semanas.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de la vacunación?
Los efectos secundarios
más comunes que podrías notar son decaimiento
leve, pérdida de apetito, y fiebre, durante dos a tres días después
del procedimiento, pero estos síntomas no corresponden a una reacción adversa,
sino que son un indicio de que se está estimulando
la inmunidad de tu mascota. Recuerda no
automedicar a tu gato, y si estás preocupado comunícate con su médico
veterinario para que pueda asesorarte. En la actualidad se acepta que las
vacunas que utilizamos son muy seguras,
con una muy baja incidencia de efectos secundarios, los beneficios de la
protección contra las enfermedades infecciosas graves, son muy superiores a los
riesgos de desarrollar una reacción adversa.
Ahora bien, es cierto
que existen individuos genéticamente
predispuestos a presentar reacciones
alérgicas severas (anafilaxia) o enfermedades
autoinmunes posteriores a la vacunación, por desgracia, no es posible saber
de antemano qué individuo está predispuesto. En caso de que tu gatito haya
presentado una reacción anafiláctica
a determinado producto, es muy importante que quede registrado en su ficha
clínica, para no volver a administrarlo a futuro, y por otro lado, cada vez que
lleves a tu mascota a vacunarse, deberás informarle al médico veterinario que
lo atienda lo sucedido anteriormente, siendo probable que deban administrarle
algunos medicamentos previos a la vacunación, y posterior a la misma deba
quedarse algunas horas en la clínica para observación.
En los gatos en
particular, existe un posible efecto adverso grave asociado a las inyecciones,
ya sean de medicamentos o de vacunas, que es la aparición de un sarcoma asociado al punto de inyección,
el cual corresponden a un tumor maligno, se desconoce el porqué de su
aparición, pero se presentaría en raras
ocasiones (en 1 a 4 de cada 10.000 gatos vacunados), pudiendo desarrollarse
desde meses hasta años posterior a la administración del producto inyectable.
De todas formas debemos ser precavidos, y la recomendación actual, en
el caso de los felinos es preferir los medicamentos orales por sobre los
inyectables, y que las inyecciones sean administradas en zonas que en caso de aparecer un tumor sea posible extirparlo
fácilmente, como por ejemplo las zonas más bajas de brazos y patas, la cola
o en el costado del abdomen.